Hoy bajé a almorzar en La Guaira, y en el camino me puse a pensar que siempre que paso por las calles de La Guaira me transporto a mi infancia, a las vacaciones, a tantas veces que bajé con mis papás, con mis tios, o con mis amigas desde muy chiquita a pasar días en la playa. Es como un sitio congelado en los años 80 para mí… Hay pocas cosas que han cambiado, y una de esas es ver como tratan de pintar todo de colores! a veces son combinaciones medio pasteles que no pegan mucho con playa, y esta pared larguísima es una de ellas. A mí me encanta.