Este domingo fui con unos amigos a conocer la Hacienda Santa Teresa, donde se hace el mejor ron del mundo. Yo era la única del grupo que nunca había ido, y debo confesar que fui medio obligada, a Alejandro le encanta el plan y estaba súper emocionado… sin embargo, yo últimamente no había oído los mejores comentarios sobre ese sitio. Y lo mejor que te puede pasar es ir a un lugar con bajas expectativas, porque siempre la terminas pasando buenísimo. Así pasó.
Me sorprendió lo bien organizado, lo bonito que tenían todos los jardines, y la buena atención. Si quieres hacer algo diferente, en este sitio definitivamente te sientes fuera de Caracas (queda a tan solo 40 min) y creo que es imposible que la pases mal viendo tanto verde y tomando ron como si nunca se fuera a acabar.
A las 10:30 am estábamos pidiendo un servicio de 1796 (Ron que se ha ganado el premio de Mejor Ron del Mundo en los últimos tres años…), a las 12 salimos en un autobus a conocer la fábrica… un recorrido donde te muestran las plantaciones de la caña de azúcar, los tanques procesadores de melasa y alcohol, los almacenes donde hacen las barricas, almacenes donde las guardan, centros de disrtibución, y muchas otras cosas más… Al final del recorrido te ofrecen una cata de todos sus rones, nosotros probamos cinco tipos: Ron Blanco, Gran Reserva, Linaje, Selecto y 1796. Lastimosamente no están produciendo dos tipos que son el ron de naranja y el ron de café… Nos explicaron que esos dos vienen en botellas importadas y no las estaban podiendo importar en estos momentos. Después de la cata, pasamos a otro salón donde nos ofrecían una degustación de cocteles… Yo pedí uno llamado “Angel Share”, a mí me fascinó!!! Wilman y Rosber, los bartenders, me explicaron que el nombre se debe a que cuando se pasa el ron por destilería se evapora un 5% que se va al cielo, lo que ellos llaman «el impuesto a los ángeles»…